Esos meses me fueron arrancados a mis veintitantos, fueron traumáticos y me desposeyeron de discernimiento, de clarividencia. Todo dejó de ser tal cuál era, jamás antes me destrozaron por dentro y por fuera, jamás me habían despojado tanto de tanto. Tanto fué lo que encerré en una parcela muda alojada en el pecho que aún hoy me sobresaltan...
...esas frases detestables, desmedidas, injustas y mediocres algunas noches, algunas madrugadas me revuelven las entrañas, me estremecen y me enfrentan de nuevo al punto de partida con imperiosa necesidad de tener al psicólogo frente a mí y contestarle, contestarle, reprenderle, enfurecerme por su dureza, por sus ejemplos mentirosos e hirientes que me destrozaron, que me impidieron mirar a mi hija y sonreirle sin lágrimas; esas noches lo dejaría todo por buscarle y plantarme ante sus narices a recriminarle un por qué a.... "tu hija es como un ser de otro planeta llegado a la Tierra, que no te entiende, a quién ni le duele lo que a tí te duele....", y por más que yo buscaba su mirada y me miraba y me sonreía, por más que yo no veía cuántas cosas me decía, el insistía, ante un ¿pero, mi hija no es así? fué si cabe más inhumano al pronunciar "es como una vela que se está apagando"...
Hubieron más frases, más frío apretado, aún recapitulo la tonalidad de su voz alzada al formular la pregunta ¿pero qué esperabas viniendo aquí?, por algo estáis aquí.
Salvador Repeto me robó paz.
Y, entre tanto, yo forjaba mi relación con Irene. Una relación compleja. A los cinco meses de acudir a la estimulación temprana, y, entre otras razones porque a mi hija la estimulaba una psicóloga con depresión que faltaba a sus sesiones y ni nos avisaba, decidí cambiar de aires, cubrir bien sus necesidades, sin miedos "tiré palante" intentando, sólo intentando observar síntomas y trabajarlos.
Irene y yo nos reencontramos a principios de octubre en piscina, su hija Natalia, días menor que mi segunda hija Sofía se habían hecho amigas y en el vestuario Natalia le comentó a su madre mira mami esa es mi amiga Sofía, y luego escuchó Luisa y entrecortadamente pronunció !María del Mar!.........!Irene!, no puedo creérmelo, Dios qué de tiempo.
Antes os comenté que nuestra relación era compleja. Yo no lograba entender cómo podía "hablar sin complejos", sin dudas, tan convencida de si misma, tan segura de sus palabras, no la descifré jamás. Yo apenas hablaba, me limita a escucharla, es como si hubiese dado el futuro por acontecido, aún hoy lo sigue haciendo.
Hará unos días hablamos un poquillo, Luis tiene autismo moderado, comprende bastante el lenguaje oral apoyado con algunos signos, no habla, eso ha quedado pendiente, sigue teniendo su misma carita aniñada y es guapísimo, y así conversando logré hablarle ....
"Lo de Luis es más fácil y más complejo a la vez, es más fácil porque siempre anda feliz y más complejo porque se acerca menos a lo social. Luisa se frusta cuando no lo consigue, cuando no es respetada; hace lo que se espera que debe hacer cualquier niña de su edad pero sólo rozando la frontera impuesta. Quizás algún día sus oportunidades sean más, quizás llegue a meta, a su meta."
Hoy me interrogo en silencio cuando reaparecen noches enervadas cuánto daño he sido capaz de hacerle a mi propia hija, fruto de mi vida, al anteponer mi dolor al vivir de sus días, me hubiese ayudado que fuese otra persona quien determinara el diagnóstico, debí ser lo suficiente madura para tomármelo de otra forma.... Aún sigo aprendiendo de mis seres queridos, de mis hijas, de mi marido, de mi madre, de mi hermana, de Nuria, de Maribel, aún continúo educándome para controlar mis sentimientos, mis impulsos. Aún cometo errores con Luisa y con Sofia, pero también me han enseñado a comprenderme a mí misma, Nuria el otro día me afirmó que quién reconoce el error no tiene el problema porque es consciente y logrará rectificar, el dilema se halla cuándo el autor no tiene vista y deja de contemplarlo como tal y..........
Hoy me siento afortunada por haber seguido mi instinto, no me apena la etiqueta, la considero parte de la personalidad inherente a mi hija. No me arrepiento de mi experiencia en APNA, me enseñó el camino que no se debe tomar y no es que allí trabajen mal, de oídas sé que lo manejan genial, también capté que la reclusión no suele ser sana y que cada cuál tiene una interpretación distinta de una misma visión, que todos tenemos derechos, que algunos profesionales no lo son tanto cuando encuentran su silla y se quedan sentados y que sentir miedo da pánico pero que también es de humanos.
...esas frases detestables, desmedidas, injustas y mediocres algunas noches, algunas madrugadas me revuelven las entrañas, me estremecen y me enfrentan de nuevo al punto de partida con imperiosa necesidad de tener al psicólogo frente a mí y contestarle, contestarle, reprenderle, enfurecerme por su dureza, por sus ejemplos mentirosos e hirientes que me destrozaron, que me impidieron mirar a mi hija y sonreirle sin lágrimas; esas noches lo dejaría todo por buscarle y plantarme ante sus narices a recriminarle un por qué a.... "tu hija es como un ser de otro planeta llegado a la Tierra, que no te entiende, a quién ni le duele lo que a tí te duele....", y por más que yo buscaba su mirada y me miraba y me sonreía, por más que yo no veía cuántas cosas me decía, el insistía, ante un ¿pero, mi hija no es así? fué si cabe más inhumano al pronunciar "es como una vela que se está apagando"...
Hubieron más frases, más frío apretado, aún recapitulo la tonalidad de su voz alzada al formular la pregunta ¿pero qué esperabas viniendo aquí?, por algo estáis aquí.
Salvador Repeto me robó paz.
Y, entre tanto, yo forjaba mi relación con Irene. Una relación compleja. A los cinco meses de acudir a la estimulación temprana, y, entre otras razones porque a mi hija la estimulaba una psicóloga con depresión que faltaba a sus sesiones y ni nos avisaba, decidí cambiar de aires, cubrir bien sus necesidades, sin miedos "tiré palante" intentando, sólo intentando observar síntomas y trabajarlos.
Irene y yo nos reencontramos a principios de octubre en piscina, su hija Natalia, días menor que mi segunda hija Sofía se habían hecho amigas y en el vestuario Natalia le comentó a su madre mira mami esa es mi amiga Sofía, y luego escuchó Luisa y entrecortadamente pronunció !María del Mar!.........!Irene!, no puedo creérmelo, Dios qué de tiempo.
Antes os comenté que nuestra relación era compleja. Yo no lograba entender cómo podía "hablar sin complejos", sin dudas, tan convencida de si misma, tan segura de sus palabras, no la descifré jamás. Yo apenas hablaba, me limita a escucharla, es como si hubiese dado el futuro por acontecido, aún hoy lo sigue haciendo.
Hará unos días hablamos un poquillo, Luis tiene autismo moderado, comprende bastante el lenguaje oral apoyado con algunos signos, no habla, eso ha quedado pendiente, sigue teniendo su misma carita aniñada y es guapísimo, y así conversando logré hablarle ....
"Lo de Luis es más fácil y más complejo a la vez, es más fácil porque siempre anda feliz y más complejo porque se acerca menos a lo social. Luisa se frusta cuando no lo consigue, cuando no es respetada; hace lo que se espera que debe hacer cualquier niña de su edad pero sólo rozando la frontera impuesta. Quizás algún día sus oportunidades sean más, quizás llegue a meta, a su meta."
Hoy me interrogo en silencio cuando reaparecen noches enervadas cuánto daño he sido capaz de hacerle a mi propia hija, fruto de mi vida, al anteponer mi dolor al vivir de sus días, me hubiese ayudado que fuese otra persona quien determinara el diagnóstico, debí ser lo suficiente madura para tomármelo de otra forma.... Aún sigo aprendiendo de mis seres queridos, de mis hijas, de mi marido, de mi madre, de mi hermana, de Nuria, de Maribel, aún continúo educándome para controlar mis sentimientos, mis impulsos. Aún cometo errores con Luisa y con Sofia, pero también me han enseñado a comprenderme a mí misma, Nuria el otro día me afirmó que quién reconoce el error no tiene el problema porque es consciente y logrará rectificar, el dilema se halla cuándo el autor no tiene vista y deja de contemplarlo como tal y..........
Hoy me siento afortunada por haber seguido mi instinto, no me apena la etiqueta, la considero parte de la personalidad inherente a mi hija. No me arrepiento de mi experiencia en APNA, me enseñó el camino que no se debe tomar y no es que allí trabajen mal, de oídas sé que lo manejan genial, también capté que la reclusión no suele ser sana y que cada cuál tiene una interpretación distinta de una misma visión, que todos tenemos derechos, que algunos profesionales no lo son tanto cuando encuentran su silla y se quedan sentados y que sentir miedo da pánico pero que también es de humanos.
6 comentarios:
El por qué de la música clásica: mis hijas y mi marido la aman, a mí me inquieta, me estremece, y durante los ratitos en los que he podido escribiros la he necesitado pero no la amo como ellos. Me encanta que sea parte de ellos.
La música: algún día os hablaré de Ponty (mi marido), de su oído, de su guitarra, de sus dedos....., la música está presente en cada rincón de mi hogar, a veces la presientes, otras la escuchas, en ocasiones te aturde, pero cuando mi casa está sorda se ensombrece. No quiero vivir sin sus notas.
Ahora sí Mª del Mar, ahora sí que sí!!
Eres una mujer inteligente, mezclas tu inteligencia práctica con la emocional, eso te da ventaja para reconocer tus miedos, tus errores, a la vez que resuelves y avanzas y decides y te pones metas y las consigues.
La introspección, que te lleva a la humildad, es la clave del éxito.
Estas bifurcaciones tuyas que te emanan con tanta facilidad son la mejor noticia de esta semana!! je je je...
Besitos.
Cuántos piropos inmerecidos, anónimo, cuántos aunque se agradecen de veras.
jajajaja.
Ay Mari, que mala suerte, cuanto dolor, tan fácilmente evitable, cuanta insensibilidad, más terrible viniendo de una persona que sabe el efecto que producen sus palabras, o debería saberlo...la indignación me devora...que gente hija de......
Bueno, después de secarme las lágrimas, dar unas voces y ponerme un café , ya me voy encontrando a mí misma.
¿Como puede un sicologo decir cosas así ? Debería ser expulsado de la atención a pacientes, poner sellos en la asociación o algo así, no parece valer para más.
Vaya, a ver si consigo razonar algo coherente.......
Aaaaahhhhhh, pero ya llegará la hora de la venganza, un día cualquiera le encontrarás por ahí, y verá a tu preciosa y sonriente muñeca, y tú le mirarás como el que mira una colilla en el suelo " Hummmm, que asco " y aunque te mueras de ganas de abofetearle le hablarás como si su cara te sonara de algo, pero no sabes muy bien de qué.
Bueno, que no hay manera....
Eres muy valiente, te mereces esas hijas tan preciosas, esa realidad te ayudará a superar el dolor y archivarlo en la p ( de papelera ).
Hiciste muy bien confiando en tu instinto y trabajando sobre los problemas concretos, es lo que yo hice, apostando alto, y me salió bien, con mucho trabajo y un poco de suerte . Si hubiera hecho caso a alguna orientadora que yo me sé ....Me encanta cuando Marcos va a su cole de primaria a judo, y le ven tan estupendo, con sus notas estupendas y su alegría estupenda, y algunas profes estupendas babean de satisfacción, pero otras cambian la cara y yo les recordaría sus palabras y sus actos de entonces, pero hago como que no las veo... es lo mejor.
Por cierto, la sicóloga de Marcos es del APNA de Madrid, Rosa Ventoso, una mujer maravillosa que nos puso en camino y nos guía con mano sabia y cariñosa, un verdadero ángel tutelar, por eso te decía lo de la mala suerte.
Y no te sientas culpable por haber sucumbido al dolor en un primer momento, es que no es nada fácil asumirlo, y siempre cometemos errores, pero como dice mi marido a algún jefe " si yo supiera leer, no estaría aquí " .Je jejejeeeee.
Besitos
Concha, eres la "guinda" de este blog. Gracias por aportarme tanto tantísimo.
Que estes siempre por aquí es un honor, en serio, gracias.
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