16 de septiembre de 2010

Escribo, escribes, escriben....

     Conjugar un verbo... ¿os habéis percatado cómo vamos desde el "yo" hasta el "ellos"?. Cada día reforzamos la rutina desde el yo me levanto, me aseo, me visto, desayuno......hasta un nosotros acudiremos a la reunión, ¿vosotros vendréis?, ellos se lo están pensando. Y así transcurren las jornadas, desde el crepúsculo matutino hasta la sombra anochecida, para volver ahí, en ese punto, al propio ego, a estar a solas con uno mismo, tras el beso de buenas noches, tras la tarea cumplida.
     Tras todo, sólo queda el cansancio y la conciencia, juntos, de la mano o peleando, como buenos hermanos, con los sueños plácidos, los sobresaltos nocturnos o el despertar repentino del despertador, con los repelucos o las exudaciones corporales, con las visitas al frigorífico a por agua fresquita, al baño... Cada noche igual, pero distinta. Cada noche condicionada por su día pasado, como si lo revisáramos, analizándolo, ¿qué pudimos haber cambiado?.
     Yo me planteo como conjuga Luisa sus verbos, en qué posición queda ella, nosotros o ellos, qué prioridad te da a tí, desde su edad, desde su personalidad, desde su peculiaridad, ¿cómo separarla? difícil cuestión para resolverla yo.
     Yo sé de sus intereses, de cómo los cuida, de cómo los cultiva, y de cómo los proyecta en mí. Se de su amistad con Sofía, su hermana, de su vínculo nocturno, de cómo se divierten con los susurros altos entre habitaciones. Sé de su amistad con sus amigos, en ocasiones paralela, un ratito ahora....ahora necesito estar a solas, a solas con sus juegos, "sus cosas", su espacio.... Su tiempo no compartido es más amplio, más "egoísta", más suyo, menos fingido, más íntimo, más necesitado, menos circunstanciado, más buscado, más restringido, y, muy respetado.
     Pero también sé de cómo va progresando su Teoría de la mente, cómo se pone en tu lugar, en el mío, de cómo lo intenta, y cómo va saliéndole espontáneamente: "Sofía, ¿qué te pasa?, duérmete que mañana tenemos colegio y vas a jugar con Cinthia, no llores por no ver la peli, si mami te la pone mañana". Eso en ella es GRANDE, como para tí lo es un master. Ya le duelen mis dolencias, las tuyas, ya no ríe cuando un bebé se cae y lo ayuda a levantarse. Ya no grita, como cuando era pequeña, ante el llanto de otro niño. Va limándose, porque jamás debemos de olvidar, que sólo nos podemos limar, no cambiar, y en ese saco entramos todos, toditos, todos, sin excepciones.
     Ella comienza una comprometida tarea propuesta por su logopeda y pedagoga: "Las preguntas de Luisa", preguntas que poco a poco ellas irán aclarando para despejar sus dudas, sus inquietudes, liberar los absurdos de sus complejidades, y serenarán su mente y la mía.
     Arriba os comento que Luisa proyecta en mí sus intereses, según ella debo ir con faldas (a lo loco, jeje), de peluquería, maquillada y bien ataviada. Yo ahí voy, intentándolo, el otro día hasta me fuí a la pelu.
     En estos momentos Luisa está en el colegio, estudiando Conocimiento del Medio, y yo me pregunto ¿qué experimenta ahora?, me encantaría invadir su cerebro sin hacerlo, colarme en su interior y una vez, comprendido, besar su alma y es que.... !Dios! !Cómo amo a esa niña!




"Vuestros hijos no son vuestros hijos: son los hijos y las hijas de las ansias de vida que siente la misma vida."

Khalil Gibran















1 comentario:

Marian Piniella dijo...

Sólo quiero decirte que leo amenudo tu blog y que me encanta como escribes. Eres fuerte y valiente. Gracias por compartir con nosotros tu vida.