Aquella mañana se levantaron de un salto. Mientras abrían los ojos comenzaban a soñar despiertas. El brillo de los ojos de Luisa ensombrecía sus lagañas, sus manos temblorosas se juntaban hacia su barbilla, las muecas de sus labios dibujaban una gran sonrisa, sus dientes blanquecinos se soldaban, !benditos nervios! sonaba bombeando en mi interior. Al mismo tiempo, Sofía, ni se lo creía, ¿de verdad que iremos? repetía...y ambas me apartaron de sus risas, comentando cómo se lo pasarían. Durante segundos me deleité de cuánto compartían más !al cole!, la hora se me echaba encima.
Tras el almuerzo, todo era algarabía. Los bañadores puestos antes de tiempo, el despertar proseguía.
La prima Ana se uniría, y las tres contentas en el vestuario nos despedían a mi y a mi prima María del Mar, madre de Ana, éste iba a ser un gran día.
Y lo fué.
De vuelta en el coche, Sofía arremetió un golpe a Luisa, ésta se lo devolvió, en medio sentada Ana. No supe más que decir: "las hermanas no se pegan nunca". Nunca, dije nunca.
En esos instantes, antes de llegar al Puente Carranza, Luisa se rebotó porque esa palabra no le gusta, la bloquea, para ella es fea, está prohibida, invita a lo negativo. Ella cree que no debería pronunciarla.....eso nos costó ignorarla, tras un minuto castigarla a tiempo muerto al llegar a casa y soportar sus berrinches todo el camino hasta el Río. Dejamos a las primas en su casa y entré en mi garaje, me disponía a aparcar el coche aturdida, cuando Luisa de pronto calló su llanto y exclamó "Ha sonado a lata", !lata!, bajé la ventanilla por si había caído algo del techo, no era consciente ni que estaba el lateral derecho empotrado en un hierro de la columna, "mami arriba no, aquí" señalando su costado. Rectifiqué como pude la maniobra, aparqué y les abrí la puerta. Al salir del coche, no le reproché nada, pero ella si abrió la boca para decirme ¿qué has hecho mami?, a lo que respondí "ser una mala conductora, sólo eso, recuerda Luisa que cuando subas tienes que hacer tu tiempo muerto", "vale mamá" con voz dulce, mi niña.
Llegué a casa y preparando la merienda reparé en mi actitud !no me lo puedo creer! !soy una campeona!........, había logrado separar sus errores de los míos, alcancé otro nivel, no le reproché por lo que su arrebato y mis décimas de fiebre habían provocado en mí. Me sentí "más madre", estuve a la altura, no fuí visceral, manejé bien la situación, no se dilató hasta estallar como otras veces. Me sentí satisfecha, bien guiada por Nuria, otro reto conseguido me dije. Mil besos con mis manos me daba, mientras le contaba sonriendo a mi marido, y él, ni se disgustó por el coche, no le dió la mayor importancia por los arañazos. Aquel momento me sentí más cerca de Ponty (mi marido); en ese momento, que por cierto, cada vez son más, fuimos una familia muy unida. Es maravilloso poder decir ésto, al menos para mí.
Me encantaría haceros llegar una foto de la vuelta a la piscina, más no me llevé la cámara, cosas del directo. Sin embargo os dejo con un vídeo de mis hijas, al que yo le llamo "Risas y música en el coche". Con mucho cariño María del Mar.
7 comentarios:
Lo he disfrutado mucho. Ya lo había visto alguna vez, pero siempre es un placer ver sus risas y sus caritas. Recuerdo con mucho cariño cuando jugábamos en nuestras camas a inventar coreografías de canciones como la de Pumuki:
"Olé, olá, el duende acaba de llegar
Olé, olá, Pumuki es Colosal.
Olé, olá, el duende acaba de llegar
Olé, olá, Pumuki es Colosal", jejejeje..."
¡Cuantos bonitos recuerdos tengo de nuestra infancia!...Cuando Luisa y Sofía sean mayores también recordarán todos esos buenos momentos que vivieron juntas... Ellas no sólo lo tendrán grabados en sus mentes, sino en los vídeos que tu le guardas.
Hermana:
Ahora que debería recordar yo, jajajaja. Aún me duele el día que te tiramos de la cama rompiéndote la clavícula, ¿recuerdas?, desde entonces jamás me sobrabas, desde entonces te protejo. Tu me robastes la cuna y luego querías mi cama, pequeñaja te decía, mi niña qué chiquitita, llenita de tirabuzones, qué guapa !tós decían! y a mí !qué bonita!, pero desde tu escayola, las dos juntitas.
Vamos, vamos!! Qué ahora me emociono yo al ver el video!
Que ternura de niñas, y qué madre corage!!!
¡¡ADELANTE!!
Muchas gracias por el libro de reflexiones, me viene como anillo al dedo =)
Que bichejos tan lindos....criaturas deliciosas......eres la mujer más afortunada del mundo con esos tesoritos........
Claro que tener hijos nos educa, casi tanto como nosotras a ellos. Si estamos medianamente por la labor, somos como el agua, que toma la forma del recipiente que la contiene y nosotras nos volvemos como nuestros hijos necesitan que seamos.
Pó dios, pó dios, cuánta filosofía....
Besitos
Jajajajajajaja.
Me he tenido que reir, no ha hecho falta que lo viva en directo, la he visto diciendo "ha sonado a lata!!" je je je...
Y..."es maravilloso poder decir esto..", genial!!
Si que es genial Nuria, tanto...como poner en práctica tu experiencia.
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