19 de marzo de 2011

A mi padre.

Ya ni tus cenizas existen pero aún veo tus ojos si aprieto bien los míos. Aún tengo pendiente las dos promesas que te hice al marcharte. Ya no están tus manos fuertes protectoras, apenas queda nada entre tú y yo, !si me observaras! se marchitó mi rebeldía y si, dejé de ser egoísta y tuve otra hija, se llama Sofía. 

Estás presente en el ambiente, en el grato y en el ingrato. Cuando te necesito me aislo de nuestra gente y oigo entre llantos "Hoy", nuestra canción. 

Quisiera verte de nuevo, a veces las cosas no van muy bien y la carga pesa y hasta parece que me "esconden" el contrapeso. En ocasiones se difuminan las salidas y no percibo los carriles correctos. En otras, todo marcha según las espectativas pero tampoco puedo compartirlo contigo.

En fin, que no estás, que no me oyes ni reir ni llorar. Que te echo de menos y te quiero papá.


4 comentarios:

Humberto Dib dijo...

Hola, María, estoy visitando espacios que suelo ver en los blogs de amigos. Me pareció muy bueno tu blog, así que voy a quedarme por aquí como seguidor, si no te molesta..
Si tienes ganas, puedes pasar por el mío.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.

www.humbertodib.blogspot.com

Princesa115 dijo...

Chiquilla María del Mar, me has emocionado, me has hecho llorar...bueno, eso no es complicado porque tengo lágrimas facil.
Yo también añoro a mi padre y me gustaría contarle tantas cosas, pero hace mucho que murió, no conoce ni a mi hija.
Bueno, bueno, que voy a llorar de nuevo, jajaja.

Un beso

Pakiba dijo...

A las personas que queremos siempre las encontramos a faltar, pero ellos desde donde estan siempre nos ayudan.
Un bonito homenaje para las personas que más queremos (nuestros padres).

Unknown dijo...

Mira que yo no soy nada creyente, pero sí creo que nuestros seres queridos siguen a nuestro lado, siempre, su energía nos alimenta.
Seguro que sí te ve llorar y es más feliz cuando te ve reír. Así que tienes que reír más a menudo.

Yo intento hacerlo, más de lo que me apetece, y es que hay que tomárselo casi como una obligación para no caer en el negro agujero de la melancolía. Y cuesta eh?, a veces cuesta, pero así los que me vean desde allá donde estén sabrán que estoy aprovechando mi vida. Y lo sabré yo, cada vez que sonría.