31 de marzo de 2011

La impotencia contenida.

Descender de sopetón hasta su madurez inmadura e inocente, para prestar oídos con la frescura ingenua y simple, más la sapiencia experimentada en otros años también infantiles, no fue plato de querida mesa más se sentó y...

Yolanda pretendía reconciliar las vivencias de su hija procurando no hacer intervenir a su corazón, desapasionada y jovial de pensamiento, percibía la voz de María apresurada emitiendo súplicas y ruegos, imponiéndolos, con el único propósito de no acudir mañana al colegio.

Su suerte se trocaba, su mundo se achicaba, como el marinero achica el agua de la reducida barquilla tras la tempestad, con la única diferencia de que ésta seguiría a flote mientras María, con sólo diez años, trastocaba sus juegos, sus bailes, sus amigos y sus intereses. La apetencia del disfrute declinaba y encadenaba un sin fin de emociones negativas que la desposeían de claridad, de herramientas con las que escudarse ante el acoso escolar. Víctima del desprecio tras el aprecio,  expulsaba el desconcierto con el arranque del sufrimiento que arrastraba y atropellada, exigía refugio, escondite.

Yolanda oyó el delirio de su hija desde la calma hasta la impotencia contenida, escuchó  sus palabras, las exclamadas, las interpeladas y las desoladas, desde dentro lloró cada lágrima más no las despedía hacia su visible mirada dislocada. Arrinconó cada ímpetu que el instinto materno le reclamaba, animó cada desdicha afincada en su tronco, absorbió como esponja el dolor transmitido por su impalpable cordón umbilical hasta que éste se empapó sobrado de angustia, de desatino y misteriosamente sujeto al porvenir de un grifo abierto rebosó de agonía, ya lejos, muy lejos de la presencia de su hija.




Para "María" sólo, tan sólo respeto, apoyo y alegría.

6 comentarios:

Bicho raro dijo...

ay! maria del mar, a mí es que esto me llega al alma.

besos.

josefina dijo...

A mi esto del acoso escolar me duele mucho. creo que los profesores tendrian que estar más atentos y en casa enseñar a los niños desde pequeños a respetar.
Un beso Mª del Mar

Pakiba dijo...

Lo digo como madre de profesores, ellos estan muy atentos, pero el instinto de los que lo hacen a veces es imposible detectarlo.
Un gran problema para ellos y según a que padres enseñarles a sus hijos más respeto para los profes y los compañeros.

Maribel Galiano dijo...

Desgarrador...como madre...como maestra...como persona...Desgarrador, triste y otra vez derrotada, pero no aniquilada...con la esperanza de que nos demos cuenta. No sirve buscar culpables. Ahorremos energía y erradiquemos la violencia, eduquemos de verdad a las persona y preparémonos para saber dotar a nuestros queridos hijos, hijas, alumnos y alumnas de lo que necesitan para afrontar esas situaciones. Hagamos una sociedad que no deje en soledad a nadie. Que sea más justa y menos despiadada. ¿No somos muchos lo que creemos que esto debería ser así? Un abrazo y unas lágrimas: Maribel

Balovega dijo...

Buenas noches..

Vengo del blog de Josefina y quiero darte un besote de buenas noches, y de paso y con tu permiso voy a curiosear...

Bellos sueños

María del Mar Bernal dijo...

Muchos besitos Balovega y !bienvenida!, jejeje.