6 de febrero de 2011

El igual.

No alcanzo a mirar con sus ojos y los examino escudriñando entre los años que ya le pesan y han envejecido su piel sin arrugarla bruscamente, sin molestarle a la mirada pero si al miedo que debe corroerle al descubrir que los ojos de un hermano ya no brillarán salvo en el pasado difuso enredado en la memoria lejana de juegos de niños de antaño, callejeros, caseros y manuales.

¿En qué se debe reparar al ver partir a un igual a cierta y avanzada edad?, pregunto más no le pregunto, no quisiera ver llorar sus ojos, ni temblar sus manos y sus piernas "raquíticas" con las que nació enferma y no fueron ningún impedimiento para crecer, criarnos, amarnos, cuidarnos, protegernos....

Mirará hacia delante quizás pensando que algún día su carga la cargará otro, ¿solucionará sus rompecabezas?, ¿saldará sus cuentas?, ¿le dará tiempo? ¿cómo divisará, ella, el tiempo, su tiempo?
!Qué destierro y encierro cuando no tenga un lugar ella en esta tierra! Qué soledad, qué terror y sobresalto, qué desasosiego, mejor ni pienso, cobarde yo.

3 comentarios:

Pakiba dijo...

Maria del Mar, cuanto sentimiento has puesto en esta entrada, no somos cobardes es que no queremos hacer más daño.

Bonito video.

josefina dijo...

Solo puedo decirte, que la vida es muchas veces dura.
Un beso

Princesa115 dijo...

No eres cobarde María del Mar, eres una mujer con los pies en la tierra y preocupada por los tuyos.
Todos nos hacemos las mismas preguntas, sólo que no queremos contestarnos.

Un beso