9 de junio de 2012

A mis hijas y a mi madre.



Las quiero a morir.

Qué adjetivos han de acompañar a las lágrimas que viertes sin pausa, con causa, con ansia de soledad e indecente rabia, ¿qué puede hacerte aceptar que, no la vida, sino nuestras vidas son así? Así sin más, sin más nada que asimilar, que disfrutar, que tolerar, que permitir, que prohibir, que acostumbrarte, que habituarte al bien y al mal que estremece.

Ellas me van enseñando y voy haciéndome mayor. "Conozco bien cada guerra", he vivido tantas ya que me equivoco cuando me preguntan los años que tengo, no me creo que hayan sido sólo 36, ¿de verdad?

Tengo tanta guerra ganada y perdida, tanto amor recibido y dado (eso espero) que suelo creerme a diario que soy capaz de aguardar mientras todo pasa y sigo esperanzada.

Apenas tengo nada material, eso ayuda a imaginar y convertir la naturaleza en pasatiempos, me voy extrañando por cómo me voy puliendo, por cómo me voy transformando; ya no recuerdo quién era hace diez años, ¿sólo diez?, jeje...... me voy cansando pero sigo con mi entusiasmo intacto.

Me destrozan la vida cada día en la mañana, en la tarde o en la noche y "soplan y lo vuelven a construir".

Las quiero a morir, a ellas y a otras mujeres que........ que no sé qué haría sin ellas.

3 comentarios:

nuria dijo...

Con una canción puedes expresar lo mismo que con tus palabras. Qué bonito!

nuria dijo...

Cuando antes escuché la canción intenté meterme en tu piel e imaginar cómo te sentías y qué sentías en el momento que la pusiste.

No me equivoqué mucho. Es más, acerté, je je.

Gracias por abrir tu corazón a todos. Te admiro.

Pakiba dijo...

La madre y los hijos, lo más maravilloso del mundo.