7 de junio de 2012

Un hijo.

Capaz él de sacar lo mejor y lo peor de ti, qué humildad demuestras ante sus triunfos y sus fracasos, sin euforia, sin ira jamás, sin sorpresas ante su mirada que busca el brillo en tus ojos para la aprobación o la reprobación.

Lo que no sabe es que le lloras y le gritas en silencio, no es consciente de que te hace primaria y supeditada a su dolor. ¿Lo intuirá desde su reciente juventud?

Va madurando y lo sabes porque se levanta de sus caídas.

Él es lo que culmina el amor, ese ser que sobrecoge y te hace ser un ser nocturno pensante, que se te escapa del nido inventándose a sí mismo, que va tejiendo hilos mientras corta el cordón sin dejar de oírte e instintivamente va utilizando su educación, tu constancia con sabiduría, con mil motivos para enfrentarse a la vida.

Ay Dios mío, !éstos niños!


1 comentario:

concha dijo...

Ayyyyy......hoy Marcos tenía examen de educación física, junto a un grupito de chavales han montado una coreografía y tenía que llevar camisa y corbata....y tiene pelos en la barbilla.....ayyyyy.....