31 de marzo de 2012

Sombra serena.


En la neblinosa noche se entreabre la cima de una montaña, quizás sea un recoveco ahumado, ennegrecido que cobra luz en un límite alejado para el ojo joven y cercano para un corazón viejo y cansado. Allá se esconde un encubierto acertijo que sólo encuentra quien no gobierna su destino y sólo anda y vaga hacia delante, durando, permaneciendo, morando en la fortaleza de la fatiga, de la constancia, de la cabezonería insistiendo en atrapar los sueños.

En la encapotada hora que no adormece, de repente, el viento se frena, la lluvia lo despeja, el aire es apacible, la sombra es serena y grata y.... permanece despierta por si hablas.

1 comentario:

Pakiba dijo...

Tu si que eres la cima de una montaña que lo domina todo con su amor y cariño.

Que tengas muy buena Semana Santa