25 de octubre de 2011

El deseo.

Lo que nos aparta de la realidad que vivimos es el deseo y precisamente es quien debe cruzarse en nuestro camino y habitar en él. En ocasiones desviamos la atención hacia nuestros intereses con tal imprudencia y desmedida que hace tambalear lo hermoso o cruel del momento que construimos.

Siempre busco el equilibrio pero, mi guía, con experiencia y casi sin querer, me enseñó a hallarlo inclusive en la luz artificial que de sopetón te despierta o que ante la oscuridad taciturna enciendes, lo hallé en los resquicios de mi mente y aunque por resbaladizo se escurre, yo lo atrapo, lo atrapo.

A veces el deseo nos retira la cordura, la sensatez; pero otras veces se inserta en la piel y te empuja a actuar con juicio, tacto y esperanza.


6 comentarios:

Pakiba dijo...

Te ha quedado precioso ese deseo que muchas veces queremos alcanzar y tantas no podemos.

Besos.

Fiaris dijo...

Cariños.

Anónimo dijo...

besotesssss


Paula

Daviblio dijo...

El deseo tiene que ser algo no deseado, inconsciente. Luego nosotr@s debemos gestionarlo, a veces atenderlo, a veces guardarlo.

Saludos!

concha dijo...

Un placer la profundidad y belleza de tu pensamiento. Gracias por compartir, besitos

Fiaris dijo...

Niña entré pero no has actualizado,venga a ver que pasa!
TQM abrazo