12 de octubre de 2011

Dame un cigarro.

Ella encendió su cigarro, suplicó no más otra regañina, imploró respeto y le exigió al camarero un cenicero. 

No le da miedo morirse, podría hacerlo mientras saborea una calada o mientras duerme. Miraba hacia atrás con cincuenta años y perenne y firme musitaba aludiendo a la infancia de sus hijos crecidos y con alas propias, y sonreía de tanto querer y tanto trabajar. Conoció el amor y el calor de un hombre y propició la despedida con entereza y madurez.

Ella sabe que cambiara su vida por la de otra con más necesidad, sabe que no quiere irse pero me repite que no le da miedo partir. Yo la comprendo mientras la escucho a la vez que me hago una sencilla pregunta: ¿cuánto amor has repartido, cuánto sacrificio ha valido, cuánto trabajo te ha sido recompensado para que la muerte sólo sea un final noble? Demasiado.




"Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte"
Leonardo Da Vinci.

5 comentarios:

Fiaris dijo...

Quedé pensando.
cariños

Bicho raro dijo...

buena reflexión y buena canción.
¿Oye a tí te gusta Rosana,eh?

María del Mar Bernal dijo...

Sigue pensando Fiaris.....jejeje.
Si Isa, me encanta Rosana, mientras escribe trata la vida con mucho sentimiento y coincide en demasiados momentos conmigo, me siento identificada con sus letras.
Un beso a ambas.

Ricardo Miñana dijo...

Bonita narrativa a la vez reflexiva,
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.

Anónimo dijo...

NO SE A QUE ESPERAS PARA ESCRIBIR TU SIGUIENTE NOVELA.