14 de abril de 2012

Café y cigarro.

Casi sin mantener los ojos abiertos, irreflexiva ella se bambolea a través del pasillo hacia su cocina mientras se repite a sí misma (café, necesito un café, un cigarro). Mira el ligero fuego que no es fuego y se detiene en lo que calienta y espera......aturdida, que sus pensamientos no sean aparentes, irreales, que hiervan con llama!

Se sienta y deposita dos de azúcar y leche condensada en su taza, se aprieta su bata ejerciendo una presión que pueda notar y advertir para despejarse de sus sueños, remueve el mundano café con la cuchara para luego saborearla con detenimiento, sabiendo que no hay nadie y puede ser sencilla y sonríe, ...... a la vida, no sabe si mañana le escocerá su herida, así que se alisa el pelo pasando sus dedos cuál peine improvisado y se toca el rostro alisando sus arrugas con sus manos templadas por la taza, encuentra su belleza en sus sanos pies a los que mira mientras los estira tumbando su silla hacia atrás y casi entera rompe a carcajadas a solas.

Se aleja, se ducha, no se peina, no se maquilla, se viste, coge su bicicleta y se traga aliviada la brisa del mar.

2 comentarios:

Paula - Canarias dijo...

aaaaaaaaamiga, no fumes antes de la bici, niñaaa!!
besitos,
Paula

Pakiba dijo...

El café de la mañana te lo perdono porque va de maravilla, pero el cigarro no, así que olvídalo y sal a pedalear.

abrazos,caminando.