No pude tocarlo ni verlo y si analizarlo, descomprimirlo, besar todo su ser desde una punta a otra sin rozar su masa.
Me educó su amor, su instinto me cuidaba, qué difícil es no decírselo a mamá, qué complejo hacerle daño con mis actos, qué fácil ser elogiada. Me regaló mis principios inquebrantables, me donó genéticamente su fortaleza, su capacidad de sacrificio y la humildad más llana. Me premió y me premia su voz con su palabra.
Sé que soy su hija crecida, !su niña!. sé que existen ausencias en su mirada rellenas de juegos de piratas, de bailes y canciones inventadas. Sé que no soy grande si me mira mi madre, sé que ella está ahí para limpiarme el alma, sé tantas cosas de ellas y cuánto cuesta dar su talla, se intenta estar a la altura de la bondad con la que ella anda.
Es la más humana, la más sensata, con ella si puedo callarme, observar y quedarme sin palabras.
Os dejo con una canción con la que me obsequió mi hermana.
Al amor de mi madre, al que le debo el apego a la vida.
3 comentarios:
Me ha emocionado este escrito, me ha llegado profundas las palabras, muy bello y sentido.
Yo también te sigo, me ha encantado tu blog.
Besos.
Emocionante y hermoso escrito,
me gusta la preciosa imagen de la cabecera.
es un placer pasar por tu casa.
que tengas una bonita semana.
un abrazo.
Un precioso homenaje a la madre que nos trajo al mundo y que se lo merece todo,con ella podemos reir, llorar y hasta enfadarnos, pero siempre está ahí para consolarnos.
Dichosos la que aún la tienen.
Un besote para ti y las peques.
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