Almidonada el alma se me queda, se tensa mientras se estira tumbada en el vacío del paréntesis que nubla esa fecha. De tantos días sin recuerdos que envuelven los años me garabateas su nacimiento.
No tienes derecho destino frío y caprichoso a hollar mi arena y enturbiarla con pena atildando en mi mente tu huella.
Ondea agua en mi alma que con la presión estalla al hallar el escape y me engalano con el grisáceo abrigo que entreveran mis sentidos y confunden mis manos que se guarecen apretando las largas mangas abrazadas a mi pecho.
No son más que fechas, no son más...
1 comentario:
Como siempre has boradado tu escrito con la canción, maravillosa.
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