Fresando, perforamos una boca ancha y limpia, abierta a una profundidad iluminada, hastiada de amor, de solidaridad, de vicios sanos. Creamos grutas limadas y sin poros contaminantes, altamente inocuos para respirar con cavidades proclives a la heterogeneidad, a la diversidad natural, enriquecedora.
Planeamos, diseñamos un proyecto cualificado e insensato por utópico que jamás nos cansaremos de fraguar hasta hacerlo realidad.
Usamos, empleamos nuestras manos guiadas por la sensibilidad, la justicia, la igualdad, la libertad. Nos encariñamos cada vez que nos despertábamos, que nos acostábamos y, ....., sin rendirnos, ni ser conscientes habíamos encontrado el lugar, aquel lugar que aspirábamos a respirar en el ambiente.
Así que, esforzándonos, lograremos el cambio.
Maripeku.